La misión: convertir a las ciudades, viviendas y centros de trabajo en lugares más amigables y seguros para sus habitantes. Esta es la tarea del urbanismo y la arquitectura con perspectiva de género, disciplinas que están reflexionando en todo el mundo para reinventar los sistemas de movilidad, las maneras de generar tranquilidad y las formas de dotar de mejor seguridad ciertas zonas de las ciudades, sobre todo, cuando cae la noche.
Si no sabes en qué consiste esta filosofía, te explicamos que mejorar la iluminación en las calles, hacer más visibles las zonas inseguras o aumentar la frecuencia del paso de autobuses intraurbanos en las localidades más aisladas, son algunas medidas que se toman desde un urbanismo con perspectiva de género, el cual promueve la inclusión, en especial de las mujeres en la organización del espacio público y habitacional.
Muy apropiado para estos tiempos que vivimos, ¿verdad?
“Se trata de hablar de las necesidades que tiene la gente en las ciudades, cambiando el punto de mira, desde lo productivo y lo privado hacia la sostenibilidad de la vida”
Expresó la socióloga y urbanista Blanca Valdivia, citada en un artículo del medio digital publico.es.
Por su parte, la presidenta de la Asociación de Arquitectas de España, Inés Sánchez de Madariaga, dice que lo que se busca con esta nueva visión es poner en el centro el cuidado de las personas e incentivar que las acciones que son necesarias para la vida y el hogar, funcionen, que se desarrollen de manera eficaz y menos costosa.
De igual manera, la arquitecta española Zaida Muxí, expresa que una de las cuestiones primordiales de esta nueva visión es identificar lo que se deriva de estas tareas domésticas y de cuidado y poder darles respuesta desde la arquitectura: “hay gente que considera que la arquitectura son palabras mayores, que es arte, yo considero que la arquitectura es un servicio para la sociedad y por tanto ha de responder a las necesidades”.
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Marchas para explorar la vida cotidiana
Esta actividad nos parece bastante interesante. Te contamos que, en Barcelona, desde marzo del 2017 se incluyen reformas que involucran a las mujeres en todas sus políticas urbanísticas, “para conseguir una ciudad más justa, igualitaria, segura y sin barreras”, así lo da a conocer el medio de comunicación español Rtve.
Por ejemplo, en la Colonia Santiveri, en la Zona Franca de Barcelona, último reducto habitado de la ciudad entre varios polígonos industriales inundados de fábricas y almacenes, han comenzado a hacer banquetas más anchas y a incorporar escaleras mecánicas.
Gracias a la participación de las propias mujeres, se han podido hacer estas remodelaciones. Se organizaron en diez grupos en diferentes barrios e iniciaron las “marchas exploratorias de vida cotidiana”, que consisten en unas visitas de varias mujeres expertas y técnicos municipales, con el objetivo de señalar los puntos que necesitaban urgente una reforma basada en la perspectiva de género.
“Todos los puntos más conflictivos, que estaban más escondidos han quedado visibles y más iluminados”
Reconoce una vecina del barrio de La Marina, entrevistada en el medio de comunicación español.
Inés Sánchez de Madariaga, quien también es directora de cátedra UNESCO de género del departamento de urbanismo de la Universidad Politécnica de Madrid y asesora de la directora ejecutiva de ONU Hábitat, manifiesta que estas marchas mezclan una metodología muy interesante:
“Es una combinación de los conocimientos de los técnicos de los ayuntamientos y la experiencia de las mujeres”.
Esta experta también asegura que la percepción de la seguridad de las mujeres afecta al uso de los espacios urbanos.
“Cuando tienes miedo, tú misma te censuras, no vas y no pasas por ese lugar”, indica la especialista.
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Arquitectura con perspectiva de género, diseño que contribuya a mejorar la vida
Según la nota publicada en el medio de comunicación Rtve, el diseño urbanístico siempre ha mirado de lejos incorporar medidas de igualdad de género.
¡Pero esto no va a seguir así!
Según la UNESCO esto se debe a la rápida urbanización de las ciudades, lo que ha puesto obstáculos en la vida cotidiana de las mujeres.
“Las ciudades se han construido priorizando lo productivo, vinculado al mercado laboral, mientras que lo vinculado con lo reproductivo y con las actividades comunitarias, políticas y personales, se ha dejado a un lado”, denuncia Blanca Valdivia, investigadora de “género del espacio” y miembro del colectivo P6.
Cabe recordar que, a nivel internacional, las políticas de género empezaron a integrarse en las políticas públicas a raíz de la Conferencia Mundial sobre la Mujer en Pekín de 1995 y se fortalecieron con el Tratado de Ámsterdam en 1999.
Y en México … ¿Cuándo empezamos?
Además, según la arquitecta Zaida Muxí, el objetivo es poner igualdad de condiciones a esas necesidades que tienen los roles de género.
“Poner en el centro la vida de las personas. Con ello, el objetivo es descubrir y trabajar cuales son estas necesidades para dar respuesta. Por ejemplo, tener en cuenta quién hace las tareas domésticas, los cuidados de las personas mayores o niños para adecuar el acceso o el transporte público”, aclara Muxí.
En definitiva, mirar el diseño de las ciudades para contribuir a mejor las vidas de las personas.
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Ventajas de la arquitectura incluyente
Son varias las ventajas que tiene para la vida cotidiana la perspectiva de género en el diseño de las ciudades y de las viviendas, aquí te las compartimos:
Aumenta la perspectiva de seguridad
“Las mujeres dejamos de ir a ciertos sitios o de hacer ciertas cosas por miedo”, dijo Sánchez de Madariaga quien explica que estudios sobre movilidad en diferentes partes del mundo demuestran que las mujeres se mueven de manera más sostenible, compleja y diversa durante el día, pero ésta se puede llegar a paralizar por la noche a causa del miedo.
La experta sostiene que esta sensación de inseguridad puede disminuir mejorando el entorno e incluyendo en las políticas de seguridad una visión holística e integrativa, afirma la socióloga Valdivia.
La especialista también informa que hay que tener en cuenta que existen poblaciones que sufren estas consecuencias en mayor medida. Como las mujeres que trabajan de noche. El informe Nocturnas: La vida cotidiana de las mujeres que trabajan de noche en el Área Metropolitana de Barcelona, hace hincapié en que es necesario analizar cómo el miedo afecta al uso y disfrute del espacio público por parte de las mujeres y concluye en la necesidad de revisar horarios y frecuencias y el incremento de la señalización y mapas con información del transporte público, entre otras medidas.
La vulnerabilidad física y económica de ciertos grupos como el que forman las mujeres mayores que viven solas, las víctimas de violencia machista, las madres cabeza de familia y las migrantes, es otro de los retos que se aborda desde esta perspectiva.
Se atiende la diversidad
Actualmente, las ciudades no contemplan la diversidad de experiencias vitales.
Por su parte, la arquitecta Zaida Muxí expresa que es necesario observar y entender las diferencias que comporta ser hombre y ser mujer, aunque también apuesta por trabajar en ello con grupos de mujeres y mixtos.
“No es suficiente observar porque hay experiencias que si tú no las tienes es algo intransferible”
“Para entender cómo se vive un barrio a través de las mujeres, ellas no hablan de ellas solas, sino que hablan de todo ese entorno al que cuidan y que hacen posible. Si haces un trabajo más genérico y en el que participan más hombres, te encuentras con que lo primero en lo que van a pensar es en los estacionamientos donde van a estacionar su coche”.
Una nueva visión para las viviendas y otros espacios
La arquitecta Muxí, también entrevistada en el medio digital publico.es, dice que la perspectiva de género se tiene que llevar al ámbito del diseño y construcción de las viviendas.
Explica que los arquitectos se tienen que enfocar en las tareas que se hacen en una casa para sobrevivir y cómo se responde a estas necesidades con la distribución de los espacios.
“Una vivienda con una cocina muy pequeña dificulta, por ejemplo, el cuidar y el limpiar a la vez. Si la estancia tuviera un tamaño más grande, los niños podrían estar ahí mientras que quien los cuida compagina esa tarea con otra actividad. Hay que tener en cuenta que difícilmente se pueden separar estos tiempos, entonces lo que acaba pasando es que las personas que tienen que ejercer los cuidados es usar el tiempo de la noche para poder hacer el trabajo”, indica la experta.
Del mismo modo, la arquitecta manifiesta que el ideal es que todas las estancias sean más o menos del mismo tamaño. Lo que no sucede en la vida real:
“Lo que sucede en la práctica es que tenemos viviendas que suelen tener una habitación que en general es más grade con un baño privado y unas habitaciones más pequeñas”, cuenta Muxí, lo que provoca una jerarquía familiar y una dificultad para que esa vivienda pueda ser utilizada por diferentes agrupaciones, ya que está pensada para una familia nuclear que hoy en día tampoco es mayoritaria.
Finalmente, la autora de Mujeres, casas y ciudades, hace énfasis en que la prioridad que se le da a ciertos espacios cuando se dan recursos por parte del gobierno, envía el mensaje de que determinados grupos poblacionales siguen siendo excluidos de la toma de decisiones, por ejemplo, si sólo se arreglan baches en las calles, es que sólo importan los vehículos.
“Estamos dando un mensaje, igual que sucede en el patio escolar, cuando un 80% del espacio lo ocupa un 20% del alumnado y el resto se queda en los bordes. Así también estás comunicando lo que es importante, de prioridad e importancia”.
¿Qué otras situaciones se verían beneficiadas con una arquitectura y un urbanismo incluyente?